El bautismo, luego de aceptar a Jesús como salvador, son la clave para la salvación eterna

“El que creyere y fuera bautizado será Salvo, más el que no creyere, será condenado”, dice la Biblia en Marcos 16.16. Por eso, en la iglesia Feliz Encuentro -al igual que en todas las iglesias cristianas evangélicas-, periódicamente se realizan los bautismos por inmersión -como lo hizo Cristo en el río Jordán- que permiten que las personas que ya aceptaron a Jesús, se bauticen, cumplan con ese mandamiento bíblico y pasen a “formar parte del gran pueblo de Dios” y, puntualmente, de la gran familia de la iglesia Feliz Encuentro.

El propio Jesús, cuando cumplió 30 años, fue bautizado en el río Jordán por Juan el Bautista, quien lo sumergió en las aguas.

El hijo de Dios “obedeció a lo que el Padre le pidió, es decir se sometió a la voluntad de Dios”. La Biblia dice que al principio Juan quería impedírselo, diciéndole “yo debería ser bautizado por vos y tú vienes a mí”, pero Jesús le contestó, “déjalo así, por ahora, pues es conveniente que cumplamos todos lo que es justo ante Dios”.

Por eso, el domingo 2 de marzo, se realizó un bautismo en la pileta bautismal que está en el predio de la Casa del Encuentro, en la localidad de Garupá, que contó con las ministraciones previas del pastor Zebadías Escobar, el pastor Enzo Millán, los encargados del Programa de Bautismo, Carlos Andrés “Charlie” Robirosa y su esposa Andy.

Dicho evento, trascendental en la vida de los nuevos integrantes del pueblo de Dios, tuvo lugar en horas de la mañana, en medio de un calor extremo, muy agobiante, pero, a pesar de ello, no impidió la presencia de una considerable cantidad de personas que decidieron acompañar a los bautizados en uno de los dos pasos más trascendentes de la vida cristiana.

Quienes fueron fueron sumergidos en las aguas bautismales, participaron inmediatamente después de su primera Santa Cena, cuya predicación estuvo a cargo de Millán. Este pastor se graduó en Comisión del Maestro, y junto con su esposa Nancy pastorean la iglesia Amistad con Dios, del barrio Fátima de Garupá.

Las dos decisiones más trascendentes en la vida

El bautismo y haber recibido previamente y en forma consciente a Jesús como el Salvador y dueño de nuestras vidas, “son las decisiones más trascendentes” de nuestra existencia, “ya que son las que conducen a la vida eterna juntamente con Jesucristo”, sostiene la carta de saludo del cuadernillo “Me quiero bautizar”, y que lleva la firma de “Tus Pastores”, es decir de los pastores de Feliz Encuentro, Carlos Sokoluk y su esposa Cristel, y Zebadías Escobar y su esposa Florencia.

Dicho cuadernillo contiene todo el material teórico que deben estudiar aquellos adolescentes, jóvenes, adultos y todos quienes, tras haber aceptado a Jesús, decidan bautizarse, tras lo cual se produce espiritualmente lo que dice Gálatas 3:26-27: “Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo”.

El saludo de los pastores de Feliz Encuentro, señala también que “la Biblia enseña que para ser salvo el primer paso que cada uno debe dar es aceptar a Jesús como Salvador personal, y el segundo paso es ser bautizado. Jesús mismo dijo que ’el que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere será condenado’ (Marcos 16.16)”.

El agua no produce limpieza espiritual

En el curso corto de bautismo, se enseña, entre otros puntos: qué es el bautismo; el bautismo es una ordenanza de Jesús (Mateo 28.19); el bautismo fue una práctica de la iglesia de los primeros tiempos (Hechos 2,38); el bautismo es la forma normal de ingresar a la iglesia (Hechos 2.41); el bautismo es una declaración de fe; el bautismo es una acto de la iglesia; el bautismo es un testimonio público de fe (Romanos 6.4); y el bautismo transmite nuestra esperanza (Romanos 6.4).

También ilustra sobre lo que no es el bautismo “para hacer a un lado ideas populares o de otras confesiones cristianas”, como ser que el bautismo no es un rito de iniciación, y el bautismo no produce regeneración o limpieza espiritual.

Respecto de este último punto, cabe destacar lo que explica el cuadernillo. “El hecho de entrar y salir del agua no transforma a una persona; se trata de líquido común, agua de la canilla o del río, donde se realiza el bautismo, que no tiene ningún poder especial. No lava los pecados que se puedan tener, ni hace que se llegue a ser una persona diferente. Como decía un famoso predicador argentino, lo único que ocurre si fuera bautizado alguien que no ha sido ya lavado por la sangre de Cristo, sólo tendremos a “un pecador que entra seco y sale mojado”.

No obstante “con esto, no queremos disminuir el profundo sentido espiritual del bautismo. Siempre es una experiencia emocionante, de las más importantes de la vida, que tiene un efecto íntimo de reafirmación, de sentido de pertenencia y, sin duda, es algo que todos recordarán toda su vida”, destaca el escrito de la cartilla “Me quiero Bautizar”.

EDICIÓN DE VIDEOS y REEL’S: David Arzamendia