Más de 165 templos fueron cerrados y destruidos. Los abusos sexuales, secuestros y saqueos son las principales violaciones de derechos humanos en el país. Conocé quiénes impulsan estas hostilidades y por qué.
Sudán es uno de los países más extensos del continente africano. Vive desde su independencia en 1956, un conflicto interreligioso que aumentó década tras década hasta llegar a situaciones insostenibles; panorama que fue condenado repetidas veces por la comunidad internacional.
Desde aquel entonces, el país tuvo la aspiración de convertir todo su territorio en tierras del Islam. El proceso de arabización e islamización fueron revoluciones constantes, tal es así que en 1983 el Presidente Nimeiri introdujo la Ley Islámica. El acontecimiento originó una guerra civil que provocó destrucción y muertes, y se mantiene vigente hasta la actualidad.

A pesar de que la Constitución señala que Sudán es un país multirreligioso, en la práctica el gobierno trata al Islam como religión de Estado. Por ello, la comunidad cristiana condenó al gobierno por su campaña discriminatoria y por llevar al territorio a la desarmonía y a los conflictos.
Datos que alarman
Desde abril de 2023, estalló una crisis como consecuencia de una lucha de poder entre el Ejército Nacional y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Eso causó la muerte de más de 9.000 personas y obligó el desplazamiento de casi 6 millones de habitantes en tan solo 9 meses.
Más de 165 iglesias fueron cerradas y destruidas. Las principales denuncias de violación de derechos humanos incluyen abusos sexuales, secuestros, esclavitud y saqueos. Los cristianos de origen musulmán se enfrentan a enormes peligros, y muchos de ellos mantienen su fe en secreto a sus hijos, por miedo a que revelen las creencias de sus padres a la comunidad local.
¿Quiénes persiguen a los cristianos en Sudán y por qué?
Los impulsores y/o ejecutores de estas hostilidades violentas o no violentas contra los cristianos, son: funcionarios gubernamentales, líderes de grupos étnicos, líderes religiosos no cristianos, ciudadanos, pandillas y parientes.
Los tipos de persecución más comunes se presentan por opresión islámica, paranoia dictatorial, corrupción, crimen organizado y hostilidad étnico-religiosa.
Testimonios cristianos
“El fundamentalismo islámico es de por sí violento. Estos tipos están dispuestos a todo, incluyendo ataques terroristas. Por eso, el fundamentalismo islámico alimenta el terrorismo e incluso la determinación a luchar (…). El elemento religioso es utilizado por los árabes musulmanes como excusa para combatir a los africanos. Ellos dicen que el Islam está amenazado por los infieles, a quienes llaman cristianos”, manifestó el Obispo Erkolano Lodu Tombe.
El papel de la Iglesia
En todo este tiempo, la Iglesia se caracterizó por trabajar en un espíritu de coexistencia pacífica y de apertura religiosa. Desgraciadamente, la comunidad cristiana siempre fue considerada como extranjera, influenciada por poderes colonialistas. Se mantuvo al margen de cualquier ideología política y sostuvo su postura de defender la justicia, la paz, los derechos humanos y la libertad religiosa en el país.

La Iglesia cree en el diálogo como camino esencial a la reconciliación, subrayando que todas las partes deben colaborar. Sobre todo el gobierno, quien tiene la responsabilidad y el compromiso de generar dicho terreno de paz, promesa que ha hecho pero hasta el momento no la ha cumplido.
Fuente: ACI Prensa / Puertas Abiertas