
En la primera prédica de 2024 en el Templo Feliz Encuentro, el pastor Carlos Sokoluk le dijo a la congregación que Dios puso en el corazón de la Iglesia, para este nuevo año, “el desafío de crecer”. Para ello hizo un parangón entre la actualidad en Feliz Encuentro, y los apóstoles y seguidores de Cristo, que estuvieron con el Señor los 40 días luego de su resurrección, y que debieron esperar la llegada del Espíritu Santo. “Pero cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo recibirán poder y serán mis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra”, les dijo entonces Jesús.

Hoy, en 2024, “Dios puso en el corazón de Feliz Encuentro el desafío de crecer”, aseguró el Pastor. “Pero tenemos que empezar a considerar que éste tiene que ser nuestro tiempo, que queremos esa tierra, queremos esa bendición, queremos eso nuevo de Dios y junto con lo nuevo de Dios viene el desafío”, enfatizó.
“Lo vamos a lograr, pero el ingrediente esencial será siempre la fe, es decir que solamente tenemos que creerle a Dios”, exhortó Sokoluk.
El Pastor arrancó la prédica con la lectura, en lenguaje de la versión actual (“porque tiene algunos detalles que nos hacen más cercanos”), de los versículos 6, 7 y 8 del Capítulo 1 del libro de Los Hechos, de la Biblia: “Cierto día en que estaban reunidos los apóstoles, le preguntaron a Jesús, Señor, ¿no crees que es un buen momento para que les des a los israelitas su propio rey? Y el Señor respondió, no les toca a ustedes saber el tiempo ni el momento que son dominios del Padre. Pero cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo recibirán poder y serán mis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra”.
Sokoluk explicó que “en la Biblia encontramos varios episodios que marcan el inicio de una nueva etapa, y uno de ellos, muy significativo para nosotros, es justamente lo que indican los versículos que acabo de leer, y que es cuando Jesús está haciendo los últimos ajustes antes de irse y ser recibido en el cielo, dándoles las instrucciones a sus discípulos para que asumieran que él ya no iba a estar más, y que debían entender que a partir de entonces les tocaba a ellos llevar adelante el plan de Dios para la humanidad”.
“Ahora (en 2024), -destacó- tenemos que saber que eso (el desafío de Dios de crecer), va a demandar cambios, porque en el caso de ellos (los apóstoles), estaban acostumbrados a ver a Jesús y una multitud que lo seguía para acá y para allá, donde estaba Jesús estaba la Iglesia. Y ellos eran los protagonistas, porque eran el círculo íntimo del Señor”.
“Pero hoy –agregó-, el Señor nos dice que no tenemos que ir a lugares donde nadie nos conoce, y si queremos aceptar el desafío de Dios, eso va a demandar cambios de parte nuestra, porque no alcanza con un buen deseo. Es una realidad, y si queremos arrancar un tiempo nuevo, necesitamos hábitos diferentes, necesitamos una visión diferente y una misión diferente”.