Hace 8 años, fruto de Plantación de Iglesias, iniciaron su obra en un garaje de Posadas

Hugo y Raquel Ramírez son los pastores de la Iglesia Cristiana Casa de Dios, cuyo templo se encuentra en el barrio Itaembé Guazú. La congregación cuenta con más de 50 miembros, con un promedio de edad que ronda los 30 años. Trabajan con células, reuniones de ayuno y oración y devocionales diarios con material de Timoteo, entre otros. Este año apuntan a expandirse y crecer en discipulado de las nuevas generaciones.

Por Isaías Esquenazi

La historia de la Iglesia Cristiana Casa de Dios se inició hace 8 años, y fue fruto del programa Plantación de Iglesias que en la Unión de Asamblea de Dios (UAD), es liderada a nivel nacional por el pastor de Feliz Encuentro, Carlos Sokoluk.

Los pastores de Casa de Dios son Hugo y Raquel Ramírez, quienes obedecieron al llamado de Dios y decidieron formarse como plantadores de iglesias surgidos del Feliz Encuentro. A pocos días de haber celebrado su aniversario, la congregación ya cuenta con más de 50 miembros, entre ellos 15 niños y 10 adolescentes.

En una entrevista exclusiva con Diario Encuentro, el matrimonio recordó los comienzos de la obra y celebró todos los pasos dados con la guía de Dios, entre ellos el poder contar con un espacio fijo para sus actividades. Hoy en día, su metodología de discipulado se desarrolla a través de células, días de ayuno y oración y devocionales diarios con material de Timoteo. Expandirse y doblegar el número de nuevas generaciones, el gran desafío en este 2025.

Precisamente ese objetivo que señalan los pastores Ramírez es el que se encuentra expresado en el libro “Plantación de Iglesias I”, cuyo autor es el pastor Sokoluk. Cuando les compartimos a las personas el evangelio “les estamos brindando la solución a la más terrible de todas las tragedias que enfrenta la raza humana que es la expectativa de la condenación al infierno”, sostiene. “Por el contrario -agrega Sokoluk- si le hemos señalado la puerta al perdón de Dios, gozará la esperanza de una gloria sin comparación para siempre”.

Inicio como pastores

Hugo y Raquel estaban muy involucrados con el servicio en el Feliz Encuentro, tanto en células, como encuentros y otras tareas. Su sentir vinculado al pastorado se inició de una manera muy especial. “Al final de un culto, en 2017, una hermana se me acercó y me dijo: Yo te veo sirviendo con mucha gente. Y de ahí en adelante Dios nos fue hablando a través de diferentes capacitaciones y personas sobre este tema”, contó Raquel a Diario Encuentro.

El matrimonió comenzó a creer y caminar hacia esa dirección, y el próximo paso fue empezar a participar de las reuniones del Semillero, dirigida a todos aquellos que tenían el deseo de plantar una iglesia”, manifestó Hugo.

“No conocíamos Itaembé Guazú, la primera vez que fuimos eran pocas casas en calles de tierra. Teníamos solamente una familia en la zona y con ellos empezamos”, relató el matrimonio. Los pastores junto a su hijo Nico, realizaban dos viajes en colectivo, tanto de ida como de vuelta, en el comienzo de su obra en el barrio. “Teníamos muchas expectativas. Lo primero fue visitar las casas y realizar algunas actividades en la plaza del barrio”, comentó Hugo.

El pastor, además, recordó un periodo difícil en su vida en el que Dios obró un milagro de sanidad. “En lo personal, estaba pasando un proceso de depresión muy grande ya que había perdido gran porcentaje de vista en un ojo. Un día de visita al barrio, decidí rendirme por completo a lo que Dios quería hacer conmigo en ese lugar. Y de un momento a otro, empecé a recuperar mi visión”, detalló Ramírez.

Por otro lado, la pastora señaló que los primeros tiempos fueron de esfuerzo y perseverancia. “Nuestro primer evento fue el 4 de febrero de 2018, con Castillo del Rey. Hicimos evangelismo con los niños y dos matrimonios del Feliz Encuentro. Ese día nadie del barrio quiso participar”, expuso. Sumado a ello, por no contar con un local o lugar para alquilar, la iglesia se vio obligada a mudar de espacio varias veces. Su trabajo en la plaza se llevó a cabo por dos años aproximadamente.

Sin embargo, “el primer fruto vimos en las visitas casa por casa, y a partir de allí empezamos con las células, fue muy motivador”, destacó Raquel. La primera célula de Casa de Dios fue el 2 de marzo de 2018 con la participación de 5 personas.

Tiempo de establecerse

El primer espacio fijo de Casa de Dios fue en 2019, pero la iglesia se vio obligada a salir del lugar de un día para otro, debido a que la propietaria avisó que no renovaría el alquiler por supuestos ruidos molestos. Hasta que un día, luego de haber averiguado distintas opciones alrededor de la zona, Dios abrió la puerta de un establecimiento.

“Una hermana de la iglesia vio el espacio y me avisó. Yo fui a averiguar y había sido que conocía a la persona que ponía en alquiler el lugar. Hablamos con el propietario y él rápidamente nos facilitó los requisitos para el ingreso. Cerramos el acuerdo y estamos allí desde el año 2021”, sostuvo Hugo.

La iglesia hoy

Actualmente, Casa de Dios cuenta con 50 miembros activos, más otros 10 que están en proceso de incorporación a la iglesia. Entre ellos, 15 niños y 10 adolescentes. Se trata de una iglesia joven, con un promedio de edad de 30 años.

El discipulado se desarrolla a través de células, días de ayuno, oración e intersección (viernes a las 18), escuela bíblica para niños (sábado a las 15), reunión para pre-adolescentes (sábado 16:30) y cultos generales (domingo a las 9:30). Además, realizan un estudio guiado y devocionales diarios con el material de Timoteo.

“Nos enorgullece saber que la mayoría de nuestra congregación son hijos de la casa, bautizados y afirmados en Cristo. Y eso es muy bueno, porque refleja el crecimiento y la formación de muchos de ellos”, destacó Hugo. Y al mismo tiempo, mencionó: “Este año nos determinamos a una reestructuración completa de la iglesia, ya que consideramos que es el tiempo de un cambio de visión”.

Los objetivos centrales de Casa de Dios para este año incluyen que el adulto pueda afirmarse en el conocimiento de la Palabra y experimentar decisiones y cambios trascendentales en su vida, así también como la expansión y llegada a tres lugares diferentes de la ciudad.

El templo se ubica por Avenida Cardenales 6394, en cercanías a la calle las Magnolias. A poco metros del lugar se encuentra el Hospital de Itaembé Guazú.

“Según una estadística, Itaembé Guazú es el barrio con mayor cantidad de familias disociadas en toda la ciudad. El desafío es grande y hay muchas vidas a las cuales llegar”, aseguró el pastor. Su esposa agregó: “Somos una familia y un equipo que avanza con entrega y compromiso. La consigna de este año es fortalecer el término de comunidad”.

Casa Kids, la fortaleza para los más chicos

La visión de Casa de Dios también abarca un fuerte trabajo con pre-adolescentes y las nuevas generaciones. El equipo pastoral y el liderazgo conocen la influencia que ellos tienen en sus hogares y en las vidas de sus padres, así que buscarán doblegar esfuerzos y tener el doble de niños para mitad de año, si Dios lo permite.

Por ello, hace unos meses abrieron la primera extensión (porque en la iglesia se realiza los sábados a las 15) de Casa Kids en el barrio Hipódromo de la ciudad. Se trata de un espacio dedicado a la enseñanza de la Palabra y el discipulado de niños, tal como una Escuela Bíblica pero desarrollada en casas.

“Tenemos la visión de abrir más espacios estratégicos como éste. José Clímaco nos transmitió ese valor, que la mejor manera de crecer es a través de las nuevas generaciones y con aulas satélites, apuntó Hugo.

Un nuevo aniversario

La iglesia celebró su octavo aniversario el pasado domingo 16 de marzo. Para ello, realizaron un culto especial con la visita singular del pastor Sokoluk, quien compartió una reflexión bíblica e hizo alusión al hecho de poder ver a sus hijos crecer y el cambio que se lleva a cabo a través de ellos, a partir del programa Plantación de Iglesias.

“Nos dijo que estaba muy feliz. Recordó que la última vez que nos visitó estábamos en un garage, y hoy se encontró con un espacio establecido y muy lindo”, enfatizó Raquel. Por su parte, Hugo expresó: “Fue un día muy especial y con expectativas cumplidas. El aniversario de 8 años representa la cláusula de una etapa del proceso de plantación de una iglesia”.

“Esta es nuestra casa, lo que hacemos nos mantiene vivos y con expectativas de lo que sigue por delante. En nuestro corazón solo hay gratitud hacia Dios, y nos sentimos animados y motivados de servir al Señor hasta nuestros últimos días“, concluyó la pastora.

Imagenes: David Arzamendia / @_icasadedios