“Jesús cura las heridas, el pasado, el temor, todo, pero hay que aceptarlo en el corazón”

“A las heridas no las cura el tiempo, y el pasado no se resuelve sólo por decir pasado pisado”, aseguró el pastor Zebadías Escobar, y resaltó que “no son sólo las oportunidades o tener una mente positiva”, lo que va a resolver nuestros problemas. De esta manera refutó principios fundamentales de la New Age, o de cualquier otro movimiento cultural y metafísico que plantean pseudoterapias espirituales.

“En la vida, Jesús es el único que puede obrar en nosotros de manera integral desde adentro hacia afuera” mediante “una obra espiritual que Dios provoca en el interior de aquel que se sube a la barca de Jesús”, destacó en forma contundente el pastor Zebadías Escobar.

Al hablar de la barca, el pastor hizo un parangón de la vida de las personas alejadas de Dios, con la invitación que hace casi 2.000 años Jesús les hizo a sus discípulos, al caer la noche, para que subieran con él a una embarcación y pasaran al otro lado del mar de Galilea, un episodio registrado en Marcos, capítulo 4, versículos del 35 al 41, que da cuenta también que en plena navegación se produjo una tormenta muy fuerte y que generó un gran susto entre los que acompañaban al Señor.

“La primera verdad que podemos tomar para nuestras vidas cuando nos toca enfrentar situaciones de mucho temor, mucho miedo, mucha alarma, mucha zozobra, porque son situaciones que no podemos evitar en la vida, es comprender que en primer lugar, Jesús nos invita a subirnos a su barca”, explicó Escobar.

“Y con él –agregó- partirán los que se suben”, tras lo cual preguntó “¿Cuántos de esos nos subimos hoy con Jesús?”, para luego exhortar a no dudar de ir con el Señor “si él te dice ¡vamos!”.

Invitados a seguir a Jesús

En la prédica del domingo 23, el pastor Zebadías dijo que todos estamos invitados “a ser seguidores de Jesús, y el primer paso que hay que dar es recibirlo en el corazón y creer en lo que Dios tiene para nuestras vidas”.

“Los que se suben a la barca –añadió- experimentan cercanía y guía, para ir hacia un nuevo destino”, porque cruzar al otro lado “significa salir de toda parálisis y avanzar tomados de la mano de Dios”

Explicó que la Biblia dice que “Jesús es el mismo ayer, hoy y por los siglos”, lo cual quiere decir “que él tiene el poder de liberarnos del pasado, manifestarse en nuestro presente e iluminar nuestro futuro”.

Zebadías resaltó que Jesús quiere y puede manifestarse hoy en nuestras vidas, y de esa manera “puede sanar enfermedades, traer paz al corazón, y puede obrar en los hijos y en la familia, porque nada es imposible para Dios”.

Qué diferentes son las tormentas cuando tenemos a Jesús

“Las culpas, las heridas del alma, los reproches, las frustraciones, los traumas, cosas que me hicieron, todo, no se sanan solamente con deseos o fuerza de voluntad, sino que necesito la obra del Espíritu Santo obrando en mi interior”, manifestó el pastor.

Explicó que “en la tormenta se pierde el control de la situación” y que hay momentos que podemos “encontrarnos en medio de una tormenta” en las diferentes áreas de nuestras vidas, como ser en la salud, con una enfermedad; en la economía atravesando una crisis; en la familia, con los hijos; en el matrimonio, porque las cosas no están como deberían estar, o en las emociones porque no sabemos qué nos está pasando”.

Entonces destacó que “cuando estamos atravesando este tipo de situaciones nos preguntamos ¿Le interesa a Dios lo que estoy pasando? ¿Se dará cuenta Dios que esto es realmente grave?  A los discípulos, en la barca, también se les cruzó esto por la cabeza, pero las tormentas son parte del recorrido. Debo asumirlo y transitarlo”.

“La situación era dramática –resaltó Zebadías-, pero Jesús estaba con ellos. ¡Qué diferente pueden ser las tormentas cuando tenemos a Jesús en nuestra barca!”.

Por eso dijo, para finalizar, que “lo que para nosotros es un problema terminal, para Dios es la oportunidad de darse a conocer en nuestras vidas en una nueva dimensión, y puede sanar enfermedades, traer paz a los corazones, obrar en los hijos y en la familia, porque nada es imposible para Dios”.

“Ropa de libertad en vez de culpa”

“Señor, yo salgo, salgo, salgo, de estar viviendo en la culpa,
para pedirte que obres en mi interior,
yo salgo de estar viviendo en este pecado,
para pedirte perdón y dejar a este pecado,
y avanzar a un nuevo tiempo.

“Señor, yo quiero darte el lugar, hoy, para que me sanes,
para que obres en mi pasado. ¡Oh espíritu de Dios!
Manifiéstate, manifiéstate…
Todo lo que nos está atando, a no avanzar, a no dar pasos,
el Señor sólo te pide decisiones, decisiones, decisiones…
Él tiene el poder de liberarte del pasado,
él tiene poder para darte ropas nuevas,
para hacer una obra nueva, ropas de gala en vez de sucias,
ropas de libertad en vez de culpa.
Pero es necesario tomar decisiones.
La decisión de subirnos, es personal”.